23/2/09

Toreaban Castella y dos más

Toreaban Castella y dos más… pero torero, lo que se dice torero, aquél día solo había uno en la plaza. Y son buenos toreros, los otros dos diestros, que estaban anunciados aquella tarde…

Pero aquél día, de condiciones adversas, sólo uno decidió ser torero y arriesgar arreando. No era una plaza importante, no estaban llenos los tendidos… pero había un torero en el albero, que supo serlo. Pensaría como Manolete cuando Camará, su apoderado, le pedía que no arriesgara en algunas plazas en las que su posible triunfo no tendría gran repercusión, ¿pero es que estos no han pagao?, le contestaba el cordobés.

Veré en otras tardes, en otras plazas, buenas faenas de los otros dos, no lo dudo, pero mi respeto como aficionado, mi admiración personal, y agradecimiento, lo tiene Sebastián Castella, que siempre es y está torero, no solo cuando conviene o resulta fácil serlo.

Toreaban Castella y dos mas, pero torero, lo que se dice torero, solo uno pisó el albero…

20/2/09

Respeto

No es una palabra demasiado larga pero engloba tanto significado que parece que se nos está haciendo muy pesada la carga de su contenido.

Respeto que se esta perdiendo desde las relaciones diarias en el ámbito de cada uno como en lo que se refiere al arte de torear y todo lo relacionado con ello

¿Que nos esta pasando?, qué vida tan ensimismada llevamos que no reparamos en los que nos rodea ni en los sentimientos y vicisitudes por las que el ajeno puede estar pasando, lo reconozco soy romántica en cada versión de cada minuto de mi vida pero siempre con una máxima que me inculcaron y lo tengo por lema.

Trata al prójimo como siempre te gustaría que te tratasen a ti.

En el mundo de los toros a veces esa falta de respeto se hace mas presente o es que todo se acentúa cuando están atacando una forma de vida por diferentes frentes a cual de ellos mas disparatado y exento de toda información al respecto.

Hay un dicho que dice que la ignorancia es atrevida y aquí el atrevimiento ya roza lo grotesco.

Desde algunos ignorantes que acuden a la plaza, medios de comunicación, grupos que nadie sabe a quien representan o en nombre de quien protestan.

No importa lo que digan ni a quien intenten dañar, todo esta permitido, estamos pasando por una etapa en la que todo vale, todos opinan, no se respeta y es como una vorágine que nos envuelve y que nos resta valores, principios y la propia integridad del ser humano se ve mermada por comportamientos que son de todo menos cívicos.

La crisis no es solo económica, es humana.

Respeto: alguien recuerda esa palabra…

N.M.J.
Amiga Peña Taurina Sebastián Castella ( España )

14/2/09

En su justo término

Arrimarse. Un término taurino que insiste en ser el patrón por el que se mide el valor de los toreros.
Pero arrimarse hasta donde y hasta cuándo.

El arrimón puede llegar a ser mal entendido, al no entrañar el peligro que creemos ver. Hay toreros que lo llevan hasta el tremendismo, asfixiando al toro y renunciando a la evidencia que las mejores faenas se alcanzan cuanto antes se encuentre el sitio, ese, el de la justa distancia.
No atosigar y dejar recuperarse, son también términos cada día más utilizados con demasiada alegría. Es evidente que conforme la lidia transcurre el toro acusa más el castigo y decae en su poderío.

Lidiar bien es lograr que el toro vaya ganando fijeza, ahorrándole cualquier esfuerzo innecesario. En definitiva hacerlo solícito al engaño, en el menor tiempo posible, con buena técnica, midiendo sus fuerzas y así hilvanar las tandas que sacan lo mejor de toro y torero.
Cuanto pases buenos se pierden por el arrimón innecesario, como recurso ante la falta de ideas, insistiendo el diestro hasta al hastío. Los aficionados disfrutamos de las faenas compuestas con los pases justos y detestamos las cansinas, aquellas que son un carrusel de pases, todos iguales, pero cada vez un poquito más cerca. Estas últimas acaban por borran la nobleza que pueda tener el toro, mostrándolo al final como un animal vencido.

Cuando el diestro dispone de sobrado repertorio no aburre nunca. Probará hasta encontrar la lidia y si no es posible, terminará cuanto antes siendo así mejor para todos. Así es el toro
Sebastián Castella se arrima como nadie, reconociendo el momento de hacerlo, pero sin empecinamiento, haciéndolo con inteligencia para sacar lo mejor del toro y dar lo mejor de si mismo.
En la variedad está el gusto y Sebastián, encuentra en ello una gran parte de su éxito.