27/3/09

Premio a la mejor estocada de la feria de Valencia





Sebastián Castella es un torero serio, de ánimo profundo, que no deja indiferente a nadie.

En su tauromaquia aúna el arte, el valor, la estética, con una técnica que hace que lo difícil parezca fácil.

Torero decidido a dominar y no a defenderse, pisa el sitio del peligro, inmóvil ante la arrancada de los toros…¿es el heroísmo la verdad del toreo?, no creo.. mas bien el arte y el misterio, aunque la ambición del reconocimiento, sí sea propia de los héroes.

Torero artista, que tiene un misterio que decir y lo dice... pero cuantas veces por culpa del estoque, salía Sebastián Castella andando de la plaza y cuantas veces, a pesar de ello, las palmas le acompañaban insistentes, en un intento del público de que aún caminando, los pies del diestro no pisen el albero.

Pues bien, el año que viene por estas fechas se entregará a Sebastián Castella el premio a la mejor estocada de la feria de 2009.¡Enhorabuena maestro!.

22/3/09

Sebastián Castella. Monóvar (22-mar-09)




Toros de Buenavista.Dos orejas y dos orejas. Puerta Grande en solitario

18/3/09

El público






¿A dónde vas? ¡a los toros!
¿De dónde vienes? de los toros…

En la emoción de la primera respuesta y en la decepción de la segunda, se resume el sentir de los aficionados en algunas ocasiones en las que acuden a la plaza y no ven recompensada su afición.
Pocos espectáculos como las corridas precisan tanto de la participación del público en la ceremonia, formando parte de la misma como un elemento más, es ésta una fiesta comunicativa y participativa.
El espectador empieza a vivirla desde que llega a la plaza y se ve inmerso en ese ambiente único que se vive en los tendidos, mezcla de colores, música, olores: huele a emoción, a magia, a tabaco…

¿A dónde vas? ¡a los toros!

Desde que se intuye la presencia de los diestros en el patio de cuadrillas, la expectación hace que el público rebulla en sus asientos a la espera, quizá de esa faena que se recordará durante años, quizá la fatalidad de una cogida, que antes o después, en alguna plaza, resulta inevitable presenciar.
El aficionado y espectador, partícipe de la ceremonia que se desarrolla ante sus ojos, obtiene una recompensa intelectual al comprender y saber valorar lo que ve, un gran placer estético e incluso una reacción física, al ser consciente del evidente peligro que la lidia supone.
Participa con su silencio, de respeto y expectación a veces, de indiferencia y castigo otras, la bronca también es una reacción taurina como lo son las palmas, los olés, los pañuelos o los desacuerdos con las decisiones del presidente. Se discute,se cuestiona,se disfruta, se participa..
En La Ventas, en una ocasión en la que Rafael ”El gallo” tuvo una de su peores actuaciones, el público le lanzó almohadillas y le chilló hasta la exasperación. Vicente Pastor que también toreaba le dijo para consolarle:¡Hay que ver como está público esta tarde, Rafael! y el Gallo con su característica retranca le contestó: Para vosotros colosal. ¡Ya los he dejao a tos roncos!


El día 15 en Valencia, el público se quedó ronco y no por la “espantá“ de algún torero, que la hubo, sino en defensa de lo que estimó justo. En cada una de sus faenas, el presidente negó a Sebastián Castella una oreja merecida.
Que alguien facilite a este presidente un Reglamento, para que recuerde que la primera oreja la otorga la petición mayoritaria del público y que en las plazas de primera, tras pinchar, no se concede oreja o lo que es lo mismo: que se libre de su obnubilación tomasista y ese afán de proteger un triunfo en solitario, que justifique contrataciones de elevado caché.

A Sebastián y los castellistas nos queda la íntima satisfacción de sentir su evolución constante y esa mayor madurez que parece haberle dado la temporada americana, unos quites espectaculares que no obtuvieron respuesta en quien debían tenerla, dos grandes faenas reconocidas por un público que esperó hasta el final para despedirle al grito unánime de Torero, Torero.. y una estocada que hasta ahora, es la mejor de la feria.

Que siempre podamos contestar, ¿de dónde vienes? ¡de los toros!, de disfrutar de una gran faena de Sebastián Castella.

16/3/09

Valencia

No tengo dudas. Cuantas más veces coincidan Castella y Tomás en los ruedos mejor para la afición. Ayer vi al Castella que quería ver y es de justicia decir que vi bien al otro torero, vitoreado hasta la extenuación en claro ejemplo de la ventaja que otorga el poder mediático.

José Tomás, un torero que destaca aun más en las tardes donde no tiene competencia. Pero Valencia fue otra cosa y se encontró por fin con quien no acostumbra. Solo la presidencia, con su sonada incompetencia, privó de un triunfo justo a Sebastián Castella. Pero qué más da, si la plaza supo despedir a Sebastián con el aplauso más sincero que un torero puede recibir.

La afición valenciana enmudeció con los quites de Castella. El primero, capote a la espalda por saltilleras o gaoneras, no lo tengo claro y el segundo por tafalleras, rematando con una larga afarolada sensacional, ambos de ensueño, poco más de ocho pases y para que más. Capote limpio y estampa eterna.

Para quites: los de Castella en Valencia.

Quites para el recuerdo, anticipo de dos faenas de entrega, honestidad y buen hacer y nuestro torero, pase a pase, arrancó los primeros aplausos y olés roncos, conquistando a una afición que venía por otro y se fue con él.

Gracias por ese estatuario de infarto, por ese pase de las flores de cartel y por esa estocada al segundo que quiero verle todas las tardes y que bien valía la oreja que le quitaron.





(15-mar-2009) Valencia reconoce a Castella y abronca a su presidente

Con gritos de ¡burro, burro, burro! la plaza de Valencia abroncó a un presidente que no supo o no quiso ver las faenas del maestro, en especial la última y negó un triunfo pedido con insistencia por una plaza en pie, que despedió a Sebastiän Castella con los gritos de ¡Torero, Torero!.

13/3/09

Toro y torero

La primera vez que me llevaron a una plaza de toros tenía cinco años y ha llovido desde entonces.... En mi recuerdo infantil no hay torero, solo toro, y una vaga sensación de temor y miedo.

Hace unos días, una peña taurina organizó un concurso de dibujo para niños. En los dibujos, increíblemente expresivos, era curioso observar los tamaños de la figura del toro y el torero, según la edad del artista.
Esta apreciación, que hacen los niños, del tamaño del toro y torero en desequilibrio, es tan subjetiva como la que hacemos los aficionados de las faenas.

Al torero hay que juzgarle por su valor, por su arte, por su técnica, por su entrega, pero todo ello en función del toro que tiene delante. El torero no puede inventar al toro, puede ver sus condiciones e interpretarlas, como el artista ante el lienzo, ejecuta su obra, fugaz como ninguna.
Que satisfacción deben sentir los toreros cuando indultan a un toro, cuando empeñados en su arte y gracias también a la bravura y nobleza del animal, consiguen evitar su muerte y que desolación cuando, a pesar de sus esfuerzos y una gran faena, el presidente no lo concede.

Tengo grabada la imagen de Sebastián Castella con el toro Palomito de la ganaderia Xajay, no se concedió el indulto y el maestro interrumpió el arrastre y despidió al toro con un gesto de aprecio, un gesto de reconocimiento de un gran torero hacia un gran toro.




12/3/09

Premios

Anda revuelto estos días el ambiente en el mundo taurino y esta vez el conflicto nace en lo más hondo de la fiesta. Los protagonistas dos figuras indiscutibles del toreo: Paco Camino y Jose Tomas.

Cada uno es libre de expresar sus opiniones y nadie puede dudar que con la forma en la que lo han hecho no es posible mostrar mayor contundencia y más indignación. En términos coloquiales su decisión se explica de una forma tan sencilla como que: El premiado no es merecedor de ese reconocimiento. El premio ha perdido todo el sentido que tenia.

Yo tampoco estoy de acuerdo en que el premio se le otorgue a ese torero. Candidatos con méritos para el nivel de ese premio los hay de sobra, tanto en toreros con la coleta cortada como en activo. Este premio no puede juzgar si el torero elegido es un buen torero, eso es sencillamente simplista. Lo que se juzga y valora es una trayectoria o al menos eso pensábamos por los anteriores galardonados.
A la hora de conceder un premio, al que se le quiere dotar del máximo prestigio posible, lo primero es tener claro que requisitos debe tener el aspirante y en segundo lugar algo tan elemental como tener un jurado de altura. Por la decisión 2009 se puede concluir que se premia al torero que más sale en la prensa (premio al glamour 2009) y respecto al jurado, que este no existe.

Se comprende el revuelo y son muchos los que callan pensando lo mismo. Si el premio Cervantes se le entregase a un escritor sin merecimientos, algo totalmente impensable, lloverían las críticas y el premio perdería todo su prestigio. Ahora bien ni a Delibes ni a Dámaso Alonso se les hubiese ocurrido mandarle al Ministerio los laureles recibidos por paquete certificado pero ¿qué hubiese pasado con Cela y Umbral?,eso nadie lo sabe.

El premio medalla de oro a las bellas artes en el mundo taurino tiene todavía mucho que aprender de sus homólogos en otras artes. Confiemos que con el escándalo que se está armando, al año que viene el ministro de turno se entere que es lo que se premia y que no se olvide de contar con un jurado de calidad donde esté representada la afición, críticos y por supuesto el gremio al que se premia: Los toreros.


11/3/09

Aquella tarde de mayo

Cuando vi lo de aquella tarde de mayo en Madrid… me quedé impactada. Cuando era pequeña mi padre me había llevado varias veces a ver una corrida de toros, pero me parecían aburridas y largas, ahora entiendo por qué las veía así. Hizo falta que el francés me enseñara lo que era el toreo. Entonces entendí por qué a esto se le llama arte.

Hasta entones era de la firme opinión de que el arte lo puede hacer cualquiera, todos podemos cantar, pintar, bailar, esculpir, crear de una forma u otra. Cuando vi aquella faena entendí que hay formas que no todo el mundo puede usar para transmitir, que el toreo es un arte limitado a sus genios, que yo nunca podría hacer en la vida.

El toreo es un arte excluyente que a su vez hace partícipe al común de los mortales en él, transmite a su público algo que va mucho más allá de la estética y la técnica, el público siente la adrenalina que le corre al torero por las venas, torero y espectadores comparten sensaciones en momentos efímeros y limitados. El toreo se entiende más especial por resultar irrepetible, por su forma única de expresividad, incluso por la controversia que supone para el hombre el riesgo gratuito, no, no es gratuito en el toreo, el arte en el toreo es la emoción del riesgo, la belleza de la facilidad de lo imposible para el resto de los mortales, y es que los toreros están hechos de otra pasta.

Aquella tarde comprendí que es cosa de uno y todos al mismo tiempo, es tan íntimo que parece imposible cómo llega a sobrepasar toda frontera, calando en el sentimiento más limpio y hondo del ser humano, en su público, haciéndolo así partícipe del espectáculo.

10/3/09

"De espectador a aficionado": gracias al mejor

Leo en la web el articulo “De espectador a aficionado”, el cual suscribo totalmente, y me viene a la memoria un hecho que viví en mi Abono, en la plaza de las Ventas, que refiere algo similar y reafirma dicho artículo.

Toreaba a la sazón, el Maestro Castella y dos más, que no eran de desmerecer pues se trataban e iban por delante, los Maestros Uceda Leal, y Manuel Jesús El Cid. Era el día 2 de Mayo del año pasado.
El festejo del día de la Comunidad se deslucía por el encierro de Valdefresno, del que se lidiaron cuatro toros; que no mejoraron uno de Fraile Mazas y un sobrero de Alcurrucén.

Los Maestros, Uceda Leal y Sebastián Castella, saludaron a la muerte de uno de sus toros, el primero por unos buenos muletazos, y ”el mejor” por el tremendo y gran arrimón que se pego con el bronco sexto; El Cid no tuvo suerte con el lote que le correspondió. La gran ovación de la tarde fue para Curro Molina por los dos pares de banderillas al toro que cerró plaza.

Pero después de esta reseña, de la corrida que espero no os haya resultado ni pesada, ni partidista, vamos con la anécdota: Transcurría la corrida con algunos detalles que distraían mi atención, de la conversación que mantenía mi vecino de abono, con su invitado de turno, (como suele ocurrir de forma esporádica),a lo largo de la Feria; que si el contrato de la venta de la flota de coches no había salido, por tal motivo, que si tal que si cual…. Podéis imaginaros como transcurría la tarde, esto en el primero, y en el segundo tres cuartos de lo mismo.
Pero llego el tercero, y no he de deciros a quien correspondía el turno, cuando al poco de estar el toro en la plaza, escucho al invitado de mi vecino de abono, (que no era muy aficionado según me había manifestado, pero si tenía interés por ver una corrida en Madrid y había aprovechado la invitación que le había hecho mi vecino), este le decía: ¡ mira, mira, mira! ¿este quien es, como se llama?.

Con esto suscribo el articulo “De espectador a aficionado”, y este último párrafo del artículo: “ Yo, que soy Castellista convencido y militante, admiro también a otros toreros -la pasión no excluye el conocimiento- pero creo que hay algo muy especial en la interpretación taurina de Sebastián, en su sensibilidad y estética, que consigue llamar la atención incluso de los que no son taurinos (de momento).”
En otra ocasión os contare como nació la afición en una sobrina maña, qué no había visto en los 20 años de su vida una corrida de toros, hasta que me acompaño a ver al Maestro Catella y dos más, el pasado día 11 de Octubre del pasado año, en Zaragoza.

T.O.M.
Castellista

9/3/09

Toreo y Flamenco un mismo arte

El arte de torear y bailar flamenco ,como es mi caso, se fusionan en sensaciones vivas llenas de emoción y arrebatos de raza y sentimiento.

El toreo y el flamenco son una misma religión, en la que el mayor pecado, en el caso del flamenco es salirse del compás y en el caso del toreo es no acompañar al animal con elegancia, sabrosura, valor y raza, y ceñirse solo a una determinada técnica.

En el flamenco, para mi, hay que olvidarse de cierto modo de la técnica y de la coreografía y dejarse llevar por el sentimiento, sacar toda la pasión que se lleva dentro cuando se baila y dejar fluir la música en el cuerpo. Por eso lo identifico con el toreo, ya que en el toreo se debe hacer buen arte tratando de acompañar al animal siempre que las condiciones del toro lo permitan,con valor, profundidad y un puntito de emoción,que es lo que levanta a la gente de su asiento.

Flamenco y toreo, un mismo arte, ambos artes de sentimiento, pasión y un mundo de sensaciones colmadas de emoción.

C.A.A.
Amiga Peña Taurina Sebastián Castella (España)

7/3/09

Yo lo ví

Comenzaba a anochecer en Algeciras. La faena transcurría en el sexto por la senda del éxito. Se palpaba un riesgo sordo que se cobró en venganza y el toro, una vez más, paso factura a su bravura. El pitón con saña, clavado en la carne de un torero que convencía en cada pase.

Disfrutamos del final de un ritual destinado a unos pocos, los elegidos. Sebastián remató su faena con entrega y la plaza reconoció su gesta, mezcla de valor e interpretación pero en sintonía.

Con su cabeza baja, pálido y con destino a la enfermería, los aplausos de todos los allí presentes quisimos regalarle el antídoto contra su dolor profundo pero inoculado esta vez por la vía del reconocimiento.

Arrancó la corrida con el pensamiento lejano en la ausencia de un torero. Finalizó la lidia, descubriendo otra figura, en aquellos que aun no la conocían.

A los Castellistas no nos cabía más satisfacción.

6/3/09

El magnetismo de Castella

Hace pocos días encontré la entrada de un Festival que se celebró en Las Ventas en el año 1996. Tenía sólo nueve años. No recuerdo exactamente si antes de ese día ya había ido a una corrida de toros, pero aún así tengo algunas imágenes grabadas y entre ellas una muy especial: mi abuelo explicándome detalles curiosos de la lidia. Y es que en mi familia hay personas muy aficionadas que han ido transmitiéndome todo lo que en su día aprendieron.

Me siento privilegiada por poder ir a Las Ventas y disfrutar de los festejos que se celebran durante toda la temporada. Como dicen algunos amigos míos, es “mi segunda casa”; y es que cuento los días para que empiece la temporada aquí en Madrid. Y sobre todo, espero con ilusión el cartel que anuncie a Sebastián Castella.

Nunca olvidaré el primer día que le vi en una plaza. Mis padres me hicieron un gran regalo al invitarme a esa corrida, pues, aunque seguía a Castella desde hacía tiempo, tuve la oportunidad de aficionarme aún más a su toreo. Sebastián Castella ejerce un magnetismo especial en los jóvenes y creo que puede conseguir que muchos se aficionen admirando su arte, valor, entrega y elegancia.

Ahora más que nunca necesitamos figuras como Sebastián Castella que fomenten la fiesta de los toros entre los más jóvenes, pues somos nosotros el futuro de la afición.

5/3/09

La mujer en los toros

A lo largo de la historia, la presencia de la mujer en los toros ha sido muy debatida y poco a poco ha ido evolucionando.

En sus comienzos tuvo un papel marginal y hasta se habló de machismo, ya que se decía que el toreo era solo para hombres y la mujer era señal de mal augurio.
La participación de la mujer en las festejos a pie, estuvo prohibida durante muchos años en España, muchas tenían que torear caballo y hasta se disfrazaban de hombres para poder torear.
En estos días ha fallecido la la rejoneadora Conchita Citrón, conocida como la "Diosa Rubia". Destacó por su elegancia y conocimiento de la lidia. Fue la primera torera de fama internacional a pesar de las prohibiciones del momento y la que ha servido de ejemplo a toreras posteriores en su lucha por un hueco en el mundo taurino.

Las plazas de toros siempre han sido un lugar donde las mujeres han hecho gala de sus encantos. Quien puede imaginar no verlas elegantemente vestidas, adornadas con mantillas y flores en el cabello o sin portar los brillantes capotes de paseo con los que el torero las honra en barrera o no verlas lanzar claveles al ruedo en señal de admiración, cariño o amor.

Cuantas veces habremos escuchado a las artistas cantar esas coplas o pasodobles, sobre romances de toreros que nos han robado el corazón. Y como no, nos olvidemos de esas grandes sufridoras, aquellas madres y mujeres que cada tarde esperan rezando que el torero llegue sano y salvo a casa.

En fin, desde mi punto de vista y por lo que os relato el papel de la mujer en los toros no es para nada marginal sino fundamental para la fiesta.

3/3/09

De espectador a aficionado

Sebastián Castella ha supuesto, para algún espectador ocasional en la plaza, una revelación taurina, actuando como catalizador de sus emociones, enganchándole en su muleta y convirtiéndole así, casi sin darse cuenta, en aficionado.
Que suerte la de algunos, que en su camino a Damasco, sea precisamente este torero el que les haga caer del caballo y les envuelva con su arte.

Quizá me he confiado y no he sabido transmitir la afición taurina a mis hijos, aunque pienso que su asimilación no es fácil en los tiempos que les ha tocado vivir y no debe ser forzada. Uno de ellos, al que no le gustan los toros, se queda enganchado a las imágenes de las faenas de Castella, me dice: no me gustan los toros (aún no he conseguido llevarle a una plaza), pero sí me gusta Sebastián Castella.

Desde que me hizo ese comentario hemos visto vídeos y retransmisiones en los que salen otros diestros y al final siempre me dice: no sé, siguen sin gustarme los toros, pero Castella ”es otra cosa”. Y lo curioso es que este “no aficionado” nunca confunde a Sebastián con otros toreros, incluso los que le imitan, le identifica siempre sin ninguna dificultad y va aprendiendo a distinguir sus pases.

Yo, que soy Castellista convencido y militante, admiro también a otros toreros -la pasión no excluye el conocimiento- pero creo que hay algo muy especial en la interpretación taurina de Sebastián, en su sensibilidad y estética, que consigue llamar la atención incluso de los que no son taurinos (de momento).


2/3/09

Carteles

Año tras año, los carteles nos anuncian las anheladas corridas de toros. Un buen día soportales, tapias y columnas de pueblos y ciudades amanecen empapelados para comunicar que ya se acerca la feria o esa fiesta patronal que ni es fiesta “ni es na” si no hay una tarde de toros.

El cartel a primera vista, como si de un titular se tratase, transmite la importancia de la feria y por ende cómo andan los bolsillos ese año. Carteles para todos los gustos, pero siempre reviviendo estampas taurinas con el sabor añejo de la fiesta. Desde el cartel de San Isidro cargado de figuras, hasta el que se pega en el pueblo más recóndito, anunciando la novillada, todos nos llevarán de nuevo al mundo del toro.

El cartel bueno es aquel que está equilibrado, el que fomenta la competencia y el pique para juntar lo mejor de la actualidad taurina. Las figuras se tienen que medir con las figuras. Cuantas veces los carteles anuncian a los toreros más esperados acompañados de diestros de menor altura. Sin poner en duda su profesionalidad, no podemos evitar el pensar que no es lo mismo ya que a la plaza vamos a ver a todos y a nadie le agradan los rellenos.

Ya está el cartel de fallas que emparejará a Jose Tomás con Sebastián Castella en la plaza de Valencia. Cartel que me gustaría se prodigase más, al estar seguro que favorecería mucho a nuestro torero.
Como aficionado admiro a los dos, pero como Castellista me atrevo a afirmar que la afición con este tipo de cartel ganaría mucho, pudiendo admirar lo que representa nuestro torero y para ello, nada mejor que ambos se vean las caras muchas veces en el ruedo y al final veremos quién de los dos es el número uno.