13/7/09

El toro y la muerte


Dice Savater que el toro está no para quitarle la vida al hombre, sino para darle más vida. Según Juan Antonio Pérez Mateos en cada pase, el héroe burla la muerte y por tanto cobra más vida.
Las corridas de toros son el único espectáculo en el que la muerte forma parte explícita del mismo. El torero, matador, héroe, maestro, debe burlarla en un espectáculo auténtico de principio a fin.

Toreaba Cúchares y en barrera estaba su amigo, el actor Julián Romea. Le tocó en suerte un toro difícil y el público gritaba, le insultaba y le pedía que se acercara más. Su amigo, por serlo, solo le gritaba que se acercara al toro y Cúchares le contestó: Julián no me chilles, que aquí se muere de verdad y no de mentirijillas como en el teatro.

En una inhóspita tarde de abril de la pasada temporada, Sebastián Castella toreaba en los medios empeñado, a pesar del viento, en citar de lejos al toro y darle su pase cambiado por la espalda como inicio de faena. El público no quería que corriera ese riesgo y se oían murmullos en los tendidos, hasta que un aficionado le gritó: no vale la pena!. Como si no le hubiera oído, Sebastián dio su pase cambiado, que bien pudo costarle un gran disgusto y el público se lo agradeció casi con tantos aplausos como cuando al fin se fue a torear a las tablas y así, pudo respirar aliviada la Maestranza.
Al final de la faena, el diestro al ser entrevistado, contó como había escuchado perfectamente el grito del aficionado que le aconsejaba y declaró: siempre vale la pena…

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