18/1/09

Varas

Como aficionado taurino y admirador del toro bravo, siempre espero con curiosidad el tercio de varas, al brindarnos este la oportunidad de observar algunas de las características que mejor definen a este bello animal. Fuerza, fijeza, codicia en la pelea, se ponen de relieve en mayor o menor medida ante el castigo, distinguiendo a los buenos picadores y definiendo el comportamiento de unas y otras ganaderías ante este tercio.

Picar bien, es una práctica de bella estampa no exenta de una gran dificultad. Una buena cuadrilla no puede ser tal si no cuenta con unos buenos picadores, cuya función principal es preparar el toro para la posterior lidia, ayudando a ahormar su embestida.
Aunque resulte impensable llegar a la muleta si cumplir este tercio, cada día se pica menos, e incluso en aquellas plazas donde se hacía gala de su cumplimiento estricto, las presidencias se muestran excesivamente permisivas autorizando el cambio, con la simple muestra de un esbozo de tercio de varas, con el pretexto o la necesidad de mantener con fuerza el toro en la muleta.

Que imagen la del toro en larga arrancada al encuentro del caballo y como se aplaude al picador cuando el puyazo entra en su sitio y aguanta con fuerza la acometida. Se echan de menos los toros embebidos de caballo, displicentes al engaño que insiste en sacarlos de su empeño.

Tercio de quites, de habilidad y gusto con el capote, llevando o sacando al toro del caballo con excelencia torera. Pero los toros ya no acostumbran a dormirse en el peto y los quites, característicos de este tercio, van brillando por su ausencia. Que no se pierdan.

0 comentarios: